sábado, 4 de julio de 2009

Paseos

Este es un escrito aportado por Acompañantes Terapeuticos que se encuentran trabajando en Hospital de Día, del Hospital Antonio Roballos de la ciudad de Paraná.


El Espacio de Paseos en Hospital de Día del Hospital Dr. Antonio L. Roballos

En el dispositivo Hospital de Día la propuesta clínica está centrada en la idea de una estructura intermedia, que permite la posibilidad de un espacio asistencial ambulatorio intensivo dirigidos a sujetos con dificultades en la construcción y sostén del lazo social.
El mismo se piensa desde un sentido clínico, ético y político. Se trata de un trabajo abordado desde distintas disciplinas y en equipo, en donde se entiende a la salud de la población como un derecho fundamental.
Uno de los objetivos de este equipo apunta a “La apuesta a la construcción de subjetividad, apuesta al lazo social, apuesta a crear ciudadanía como alternativa frente a la fragmentación y el aislamiento propio del capitalismo y del modelo asilar manicomial que impera en nuestra cultura”
A partir de la inclusión y la función de las Acompañantes Terapéuticos al equipo, como posibilitadoras de intervenciones clínicas según la singularidad de cada caso y en compañía de la cotidianeidad, es que se apuesta a la construcción y al despliegue de cada subjetividad a partir del encuentro con otros.
Es habitual caracterizar al dispositivo mencionando uno de los objetivos con los que se rige: la resocialización ¿Es posible pensar en una reinserción, una resocialización? Culturalmente existe un imaginario en el cual se rigen diferentes concepciones de la locura que hablan del “loco” como alguien que está por fuera de todo lo relacionado con lo social, o que alguna vez dejo de pertenecer a la sociedad. Leonel Dozza de Mendonga , plantea que esto significa que en algún momento el paciente dejó de estar inserto; y en realidad, esté donde esté, nunca deja de estar en lo social; lo que sucede es que lo hace como el loco del barrio, el enfermo de la familia, es decir están incluidos, el problema es que lo hace desde lo social psiquiatrizante.
Es a partir de esta concepción que el Acompañante Terapéutico debe, formar parte del “equipo de exteriores” el cual consiste en un trabajo con las ligaduras que el paciente tiene con el mundo exterior, al lado del paciente tomando contacto con él desde su vida cotidiana, y posibilitando la creación de un vínculo con un otro semejante significativo que facilita el producto de un entramado simbólico para el desgarro psíquico y favoreciendo de esta manera la inserción en lo social socializante; dando lugar a nuevas inscripciones sociales en tanto lazos diferentes con su entorno.
En este sentido es que tomamos la idea de crear un espacio en donde el sujeto tenga la posibilidad de elegir, de planificar, de proponer, de decidir que hacer en esos momentos libres que tiene dentro de la institución, estimulando el deseo personal y grupal.
De lo que se trata es de generar un espacio, de una vez por semana en donde el grupo de pacientes de “Hospital de Día” junto con las Acompañantes Terapéuticas, se reúnen a fin de planificar salidas hacia diferentes lugares de la ciudad que le permitan al sujeto el contacto con el espacio urbano, posibilitando actividades que no están ligadas a su cotidianidad y a su hábitat acostumbrado. Espacio caracterizado por el compartir, el vivenciar, en el cual el AT forma parte de un Grupo, generador de diferencias, acuerdos, un lugar de transformación y simbolización, posibilitador de procesos vinculares.
Nos propusimos como acompañante terapéuticos, acompañar en la formación de un grupo dando lugar a un espacio enmarcado en un día y un horario a fin de que exista cierta inscripción de dicho lugar quedando claro para qué nos reunimos y para trabajar las propuestas que surgen semana a semana, dándonos la posibilidad de planificar recursos que nos permitan llevar adelante las distintas propuestas de paseos. Cabe aclarar que este registro de un día y horario específico se funda a través de acuerdos verbales, dando lugar, de esta manera a la palabra y posibilitando a los pacientes psicóticos que se apoyen en estos acuerdos marcando hitos como una referencia que tienen.
Esta instancia moviliza en los pacientes deseos, ganas de hacer, de organizar, y direccionar un momento que posibilita una apertura a la rutina a veces cristalizada, característica de los pacientes que asisten a este dispositivo. Como así también, el armado de diferentes actividades que nos permiten solventar los gastos que implican la realización de los diferentes paseos.
A demás de esta instancia están presente diferentes talleres que a veces coinciden con el horario de las Salidas, dando lugar de esta manera a la posibilidad de Elección que los pacientes pueden hacer frente a las alternativas presentes, Elección que viabiliza, precisamente tomar una decisión, escoger, poner en juego sus propios intereses.
Es importante señalar aquí la función del acompañante terapéutico dentro de estos espacios grupales, ya que no se da un acompañamiento personalizado pero si un acompañamiento a lo que el grupo requiere o demanda. Teniendo en cuenta a su vez que en determinados momentos si se requiere de un acompañamiento personal a determinados pacientes ya que ciertas salidas pueden generar alguna inquietud o comentario que demanden de una escucha, por lo que hemos definido constituir este grupo por dos acompañantes terapéuticos ya que en el caso de ser demandado por uno de los integrantes, el otro acompañante puede seguir la actividad planeada sin interrupciones.
Como acompañantes nos preguntamos ¿Porque los paseos y no otro tipo de actividad?
Para esto tomamos lo que se plantea en el artículo de Federico Manson y Gabriel Pulice “El valor de los paseos en el Acompañamiento Terapéutico”
“La pregunta dirigida al sujeto acerca de donde pasear, tiene necesariamente el efecto de implicarlo como sujeto de deseo, es decir, abre una puerta de salida del circuito de la alienación y el encierro institucional o domiciliario al tener que decidir él mismo a donde quiere ir: …El paseo, señala Tosquelles, forma parte mas del mundo de los deseos que del mundo de los deberes. Se opera en el paseo una liberación de los deseos o en todo caso una mayor libertad”
Dado que cada paseo es una experiencia nueva con el grupo, en donde se ponen de manifiesto diferentes ansiedades, miedos, tensiones y demás cabe recordar que el Acompañante Terapéutico no trabaja solo sino, que esta en relación con el equipo a cargo de cada caso, enmarcado dentro de la estrategia que se ha considerado por el equipo.
“Los paseos suelen aliviar ciertas ansiedades que con frecuencia se producen, sobre todo, en el ámbito institucional, teniendo en cuenta ese viejo aforismo que dice “las instituciones hacen síntoma de aquello que se ocupan” y esto suele generar situaciones desagradables en las que el sujeto queda habitualmente inmerso, en muchos de esos casos, el paseo posibilita una considerable disminución de las tensiones generadas por tales situaciones, es decir suscita una distensión”
Es por todo esto que apostamos a la constitución del espacio de paseos ya que nos permite el trabajo grupal, acompañando y colaborando, como lo afirma Tosquelles, con el sujeto en sus ensayos para obtener que su deseo se articule vivificando y personalizando su trabajo de elaboración.
Una vez arribado al lugar elegido, el principal componente del “paseo” el compartir, despliega diálogos, juegos, risas y bienestar que forman parte de un paisaje en el cual “- el río te tranquiliza” o las fotos registran momentos que quedan sujetados y simbolizan un tiempo vivido y un recorrido realizado.
Salir, surgir, emerger son sinónimos que parten de un deseo en común de recorrer, conocer, recordar lugares y así de esta manera seguir construyendo de Día…


AT. Melina Suárez
AT. Lucina Palleiro

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